Con la metodología Scrum el cliente se entusiasma y se compromete con el proyecto dado que lo ve crecer iteración a iteración. Asimismo, le permite en cualquier momento realinear el software con los objetivos de negocio de su empresa, ya que puede introducir cambios funcionales o de prioridad en el inicio de cada nueva iteración sin ningún problema.
Pero, ¿qué es SCRUM?
La metodología Scrum es una metodología de desarrollo ágil de software que ayuda a los equipos a desarrollar productos en periodos cortos, permitiendo obtener de forma rápida feedback por parte del cliente, adaptaciones y una mejora continuada.
Las metodologías ágiles se basan en una serie de principios:
- Satisfacción del cliente mediante la entrega temprana y continua de software de valor.
- Gran aceptación y respuesta al cambio de los requisitos definidos.
- Entrega frecuente de software que funcione, normalmente en periodos de dos semanas hasta dos meses.
- Trabajo conjunto entre el equipo de negocios y los desarrolladores.
- Creación de equipos motivados y respaldados.
- Comunicación cara a cara.
- Equipos auto-organizados.
- Reflexión continua de formas para mejorar la efectividad y realizar los ajustes necesarios.
Beneficios
Cumplimiento de expectativas: El cliente establece sus expectativas indicando el valor que le aporta cada requisito que se va a trabajar.
- Flexibilidad a cambios: Alta capacidad de reacción ante los cambios de requerimientos generados por necesidades del cliente o evoluciones del mercado.
- Reducción del Time to Market: El cliente puede empezar a utilizar las funcionalidades más importantes del proyecto antes de que esté finalizado por completo.
- Mayor calidad del software: La metodología de trabajo y la necesidad de obtener una versión funcional después de cada iteración, ayuda a la obtención de un software de calidad superior.
- Mayor productividad: Se consigue, entre otras razones, gracias a la eliminación de la burocracia y a la motivación del equipo que proporciona el hecho de que sean autónomos para organizarse.
- Predicciones de tiempos: Mediante esta metodología se conoce la velocidad media del equipo por sprint (los llamados puntos historia), con lo que, consecuentemente, es posible estimar fácilmente para cuando se dispondrá de una determinada funcionalidad.
- Reducción de riesgos: El hecho de llevar a cabo las funcionalidades de más valor en primer lugar y de conocer la velocidad con que el equipo avanza en el proyecto, permite despejar riesgos eficazmente de manera anticipada.